Toca volver a la rutina, darme de bruces con la realidad. Pero ya nada es igual, después de ese día nada puede serlo, y es que ciertas tentaciones es mejor evitar...
Esta semana ha sido todo muy raro, su comportamiento, el mío, las conversaciones, las miradas... Aunque eso no me preocupa, pronto todo volverá a ser como antes porque "todo río vuelve a su cauce". La preocupación llega cuando no se que es lo que piensa, y peor aún cuando yo misma no se lo que pienso.
Me preocupa no poder evitar que esa noche venga a mi cabeza cada vez que le miro, esos besos, esas caricias, esas miradas; y pensar que todo comenzó con un baile! ¿Por qué me elegiste a mí entre todas? Podrías haber escogido a una desconocida con la que nunca más te fueses a cruzar.
La noche, el alcohol, los bailes, las miradas y los susurros al oído nos jugó una mala pasada, haciendo que llegase nuestra perdición, los besos.
Y ahora no sabemos como enfrentar las miradas sin rememorar aquella noche, aquellos besos, aquellas caricias, aquellas miradas de deseo; y en el fondo sabemos que todo sigue en nosotros, que siempre lo hemos sentido y nunca admitido.
En este momento ambos nos tenemos que enfrentar a la rutina, vernos y hablar como si nada de aquello hubiera pasado. ¿Complicado? Más de lo que crees, sin embargo esa fue nuestra decisión.
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